El autogol de los miserables

Hinchas de la barra brava Avalancha Sur se negaban a salir del campo en actitud desafiante y violenta, lo que causó la suspensión del encuentro. Foto: Gennaro Pascale

Lo vivido en el emblemático templo del fútbol nacional el pasado domingo 28 de octubre en el partido que disputaría el  Deportivo Táchira ante el Atlético Venezuela raya en la más absoluta demostración de ignorancia y falta de solidaridad por decir lo menos, por parte de un grupúsculo de inadaptados que se autodenominan fanáticos y se dan el tupé de pregonar a los cuatro vientos que son  seguidores a morir de un club como el conjunto aurinegro que le ha dado a este Estado reconocimiento continental y muchas alegrías a verdaderos aficionados que con el devenir de historias como la protagonizada en la jornada 11 del Torneo Apertura del balompié criollo de la temporada 2012/2013, se han separado del Polideportivo y ha preferido seguir a su Táchira del alma desde la magia de la televisión o las ondas hertzianas de las emisoras que se lucran de este deporte en nuestra entidad.

La mezquina actitud, lejos de parece una acción en  defensa de los históricos colores amarillo y negro del equipo, fue sin temor a equivocaciones una manifestación de repudio  por parte de estos desadaptados de oficio a una noble acción a la cual el mundo se plegó en favor de aquellas mujeres que sufren o padecen la mortal enfermedad  del cáncer y que año a año, deja miles de hogares sin sus madres, abuelas, hijas, primas, hermanas, suegras, tías. Producto de esta situación, el club Deportivo Táchira cuya presidenta es una mujer, quiso unirse a esta noble causa mundial. O es qué acaso esos señores que  saltaron la  cerca en reclamo de algo completamente fuera de todo sentido, no salieron del vientre de una mujer, no tendrán hermanas, hijas? o son tan desmadrados que no les importa que las mujeres de su entorno familiar puedan morir producto de un cáncer o cualquier otra enfermedad que pueda dejar a un ser tan sublime como la mujer en medio de cuatro velas?

Señores la mujer merece respeto y esa cobarde acción disfrazada en un reclamo por la tradicional camiseta amarilla y negro, no sólo sirvió para destapar el nivel de miseria que tienen en su corazón,  sino que además le dieron toda potestad a la Federación Venezolana de Fútbol  para que en su llamado tribunal disciplinario se tomen acciones en contra de su “Táchira del alma” y quede el polideportivo vetado por el resto de la temporada como mínima medida, ya que luego de la quema del autobús del Caracas ha sido está ultima patraña la más grave que hemos visto en el estadio de Pueblo Nuevo. Gracias a ustedes por los favores recibidos.

Sin embargo, en descargo de estos antisociales,  debemos señalar en  estas líneas que los vividores del futbol en el Estado, valga decir algunos colegas periodistas y otros que no lo son, que trabajan en los medios radiofónicos, tienen un alto porcentaje de responsabilidad pues con sus comentarios (intencionados o no) vierten en estos enemigos del Deportivo Táchira los odios mas viscerales con las consecuencias ya conocidas por todos a través de la historia aurinegra.

Deben aquellos que alimentan sus familias con el fútbol profesional venezolano revisarse y hacer como los católicos un mea culpa o como los comunistas una perenemente autocrítica para evitar que acciones como esta se repita, porque ayer fue el Deportivo Táchira y su noble acción a favor de las mujeres con cáncer de mamas, pero mañana puede ser un jugador que haga un autogol como lo sucedido en Colombia con Andrés Escobar o pero aun las arremetidas violentas puede ser hacia aquellos que manipulan el micrófono sin conocimiento de la responsabilidad intrínseca que significa el manejo de esta arma tan poderosa.

En definitiva, tan culpable es el ciego como aquel que le da el garrote, pero cuidado que con ese mismo garrote  nos pueden dar a todos. Y para cuando eso suceda será demasiado tarde.

Viva el Deportivo Táchira

Por: Carlos Alexis Rivera / CNP 10746

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